martes, 18 de diciembre de 2012

SATURNALES, SOL INVICTO Y NAVIDAD

Las Saturnales, o Saturnalia en latín, eran unas importantes fiestas romanas en honor a Saturno, dios de la agricultura. Se celebraban del 17 al 23 de diciembre por el fin del período de progresivo oscurecimiento de los días que culmina en el solsticio de invierno, normalmente el día 21. Eran seguidas por el nacimiento del nuevo período de triunfo de la luz o nacimiento del Sol Invicto, que se celebraba el 25 de diciembre.

Las Saturnales fueron las festividades de la finalización de los trabajos del campo, celebradas tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando por fin había tiempo para descansar. Según la mitología fueron creadas por Jano, el dios de las dos cabezas, de las dos puertas solsticiales, que había recogido a Saturno cuando fue derrocado por su hijo Júpiter, con el objeto de conmemorar el reinado de Saturno, que fue la añorada Edad de Oro. Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola protector de sembrados y garante de cosechas con el dios griego Crono, el de la mítica Edad de Oro de la Tierra, cuando los hombres vivían felices, sin separaciones sociales.
Estas fiestas, que se remontan a mucho más allá de la fundación de Roma, consistían principalmente en representar la igualdad que reinaba originalmente entre los hombres. Originalmente sólo duraban un día, pero el emperador Augusto pidió que se celebraran durante tres días, a los cuales más tarde se añadieron más. Durante estas fiestas se suspendía el poder de los amos sobre sus esclavos, y estos tenían derecho a hablar y actuar con total libertad; por eso era conocida también como las "fiestas de los esclavos". No se respiraba más que placer y alegría. Los tribunales y las escuelas cerraban, no estaba permitida la guerra ni la ejecución de criminales, ni ejercer otro arte que el de la cocina, se enviaban regalos y se daban suntuosas comidas. Además, todos los habitantes de la ciudad dejaban de trabajar; la población acudía en masa al monte Aventino, para disfrutar del aire campestre. Los esclavos podían criticar los defectos de sus amos, jugar contra ellos y estos les servían en la mesa, sin importar los platos que se rompieran. Eran días de bulliciosas diversiones, banquetes e intercambio de regalos.
Las fiestas comenzaban el 17 de diciembre con un sacrificio en el templo de Saturno, al pie de la colina del Capitolio, la zona más sagrada de Roma, seguido de un banquete público festivo (lectisternium) al que estaba invitado todo el mundo y al grito multitudinario de "Io, Saturnalia".

Esta fiesta era tan apreciada por el pueblo que de forma no oficial se festejaba a lo largo de siete días, del 17 al 23 de diciembre. Las autoridades estatales se vieron obligadas a atender a la costumbre popular visto el fracaso que supuso intentar reducir a 3 ó 5 días de celebraciones propuestas respectivamente por Augusto y Calígula. A finales del siglo I las vacaciones judiciales se prolongaron definitivamente a cinco días.
En las fiestas Saturnales se decoraban las casas con plantas y se encendían velas para celebrar la nueva venida de la luz. Los amigos y familiares se hacían regalos en un principio recordando a antiguos rituales, velas o figurillas de barro, y luego otros objetos, algunas veces de broma.

Sol Invicto, en forma completa "Deus Sol Invictus" (el invencible dios Sol) fue un título religioso aplicado al menos a tres divinidades distintas durante el imperio romano: El Gabal, Mitra y Sol, el Helios griego.
El Festival del Nacimiento del Sol Invencible (Dies Natalis Solis Invicti) se celebraba cuando la luz del día aumentaba después del solsticio de invierno, en alusión al renacimiento del Sol.


Al final de la Saturnalia se celebraba el nacimiento del Sol invencible, personificado en el dios Mitra, el 25 de diciembre. Aunque el culto a Mitra tenía orígenes persas, se convirtió en la religión dominante en Roma, especialmente entre los soldados.
El título de Sol Invicto ganó definitiva popularidad por primera vez bajo el emperador romano Heliogábalo que impuso el culto de El Gabal, dios Sol de su ciudad nativa de Emesa (Siria). A la muerte del emperador en el 222, el nuevo culto cayó algo en desuso aunque los emperadores posteriores siguieron acuñando moneda con la corona solar radiante durante cerca de un siglo.
Aureliano fortaleció la posición del dios del Sol como la principal divinidad del panteón romano. Su intención era dar a todos los pueblos del imperio, civiles o soldados, occidentales u orientales, un solo dios en quien ellos podrían creer sin traicionar a sus propios dioses. El centro del culto fue un nuevo templo construido en 271 en Campus Agrippae en Roma con grandes decoraciones que fueron financiadas con el botín obtenido de Palmira (Siria). Aureliano no persiguió a otras religiones; sin embargo, durante su breve reinado, parecía seguir el principio de "un dios, un imperio", idea que más tarde adoptó completamente el emperador Constantino el Grande. En algunas monedas aparece con el título "deus et dominus natus" (dios y señor nato), título que más tarde sería adoptado también por Diocleciano. Lactancio argumenta que Aureliano habría prohibido adorar a todos los demás dioses si hubiera tenido tiempo suficiente para hacerlo.
Los emperadores anteriores a Constantino grabaron al Sol Invicto en sus monedas oficiales con la leyenda "Soli Invicto Comiti", para de este modo invocar al Sol Invicto como compañero del emperador. Las estatuillas del Sol Invicto, cargadas por portaestandartes, aparecen en tres lugares en los relieves del Arco de Constantino. La moneda oficial de Constantino continuó llevando la leyenda relativa al Sol Invicto hasta el 323.


Juliano el Apóstata declararía a Helios como la única divinidad, siendo las otras divinidades simples expresiones de este único dios. Durante el tiempo de este emperador la religión del Sol se conviritió en la religión oficial dentro del imperio.
La religión y fiesta del Sol Invictus continuó siendo parte de la religión estatal hasta que el paganismo fue abolido por decreto del emperador Teodosio I el 27 de febrero de 380 en el célebre edicto de Tesalónica, en el cual el emperador estableció que la única religión del estado era el cristianismo niceno, prohibiendo de facto todas las otras.

Navidad proviene de la palabra latina "nativitas" (natividad) que significa nacimiento y se refiere particularmente al nacimiento de Jesús el Cristo que es celebrado cada 25 de diciembre, sin embargo, en ninguna parte de la Biblia se menciona la fecha exacta del nacimiento de Jesús. La fiesta de la Navidad fue reconocida 300 años después de su muerte, cuando el emperador Constantino permitió el cristianismo en el imperio romano, después de haber sido perseguido desde tiempos de Nerón, porque la fecha había encontrado popularidad entre los romanos cristianos al tratarse de la fecha del renacimiento del dios Sol. Existe discrepancia entre si existieron o no celebraciones del nacimiento de Jesús antes de esa fecha. La fecha del nacimiento de Jesús la calcularon algunos de los primeros cristianos basándose en una tradición judía que fijaba para los profetas su fecha de fallecimiento y de su concepción en el mismo día; como creyeron que Jesús murió un 25 de marzo, calcularon nueve meses después y fijaron el 25 de diciembre como su nacimiento. Por eso los cristianos ortodoxos celebran la Navidad el 7 de enero en el calendario gregoriano, porque según su calendario, el juliano, el 25 de marzo cae en el 7 de abril gregoriano.
La fiesta cristiana de la Navidad parece haber sido trasladada hacia el año 330, en tiempos de Constantino, al 25 de diciembre. Con ello se quería significar a Cristo como el verdadero Sol Invicto. Es importante observar que a partir del año 315 empiezan a aparecer en las monedas los primeros símbolos cristianos.
El emperador Constantino había sido un seguidor fiel de las tradiciones paganas y particularmente del dios Sol. Su conversión al cristianismo se debe a una supuesta visión que tuvo, cuando iba con su ejército, en la que vio una cruz frente al Sol y escuchó una voz que le dijo "con este signo vencerás" (in hoc signo vinces). Esto fue motivo para llevar el símbolo de una cruz en su estandarte y ganar la batalla del Puente Milvio. Probablemente sea por estas fechas cuando tiene lugar el cambio de la fiesta de la Navidad al 25 de diciembre. El mensaje recabado de la célebre visión de Constantino fue en el sentido de la prevalencia de Cristo sobre el Sol: Cristo es el verdadero Sol Invicto. Sólo faltaba trasladar la fecha del nacimiento de Jesús al 25 de diciembre, día en que se festejaba el nacimiento del Sol Invicto.
Y así se quedó la Navidad, la fiesta del nacimiento de Jesús, sustituyendo a la del Sol Invicto y de camino a las Saturnalias, de las que tantas tradiciones y costumbres recogió adaptándolas al cristianismo. Para los cristianos, esta sustitución como otras posteriores, por un lado puede considerarse como algo positivo pues se sobrepuso al paganismo, pudiéndose considerar un triunfo de la nueva fe, pero por otro no lo es tanto, porque la nueva religión oficial desde entonces tuvo que ceder autenticidad sincretizándose con los antiguos cultos. Este cristianismo se tuvo que adaptar, en definitiva, al paganismo para ser la religión oficial del imperio romano, pudiéndose considerar incluso que la Iglesia Cristiana oficial no es sino la religión romana adaptada a las nuevas circunstancias e intereses políticos, un lastre que continua hasta nuestros días claramente en la Iglesia Católica Apostólica y Romana, y que ha servido para ser atacada y cuestionada teológica y políticamente hasta nuestros días.